ENNIO MORRICONE EN EL AEROPUERTO DE ALMERÍA

Imagine que está en un aeropuerto y, poco antes de embarcar, escucha a un trabajador del recinto tarareando una canción. Sería algo perfectamente posible. Imagine también que, paulatinamente, la gente a su alrededor comienza a acompañarlo, incorporándose a la melodía que entona. Azafatos, personal de Aena, pasajeros… todo el mundo parece contagiarse, poco a poco, del ritmo del operario.

Imagine ahora que ese inocente canturreo se convierte, con el paso de los minutos, en un espectáculo perfectamente coordinado en el que colaboran más de cien personas, todas ellas al compás de una mítica banda sonora.

Esta situación, digna de un musical, se dio el pasado 2 de junio en el Aeropuerto de Almería, y todo gracias a la colaboración entre el personal de la entidad y los miembros de la Coral Virgen del Mar y de la Banda Polifónica de El Ejido, que se habían mimetizado con los viajeros.

En un guiño al vínculo de Almería con el género western, el aeropuerto quiso festejar su 50º aniversario con este flashmob, en el que se interpretaron algunas de las composiciones más famosas de Ennio Morricone. Entre las piezas que se tocaron, destacan las bandas sonoras de películas como El bueno, el feo y el malo o Por un puñado de dólares, ambas rodadas en la provincia.

El concierto, que formaba parte de un programa de actividades organizadas por el aeropuerto, fue coordinado por Jesús Torrecillas Sáez, profesor de piano y percusión de la Escuela Municipal de Música de Níjar y El Ejido.

Pese a que la mayor parte del espectáculo giró en torno al western, el acto se cerró con la interpretación de un pasodoble: El relicario, obra del compositor y pianista almeriense José Padilla Sánchez, que sonó en el terminal entre globos y confeti.