TROLLEY FAST LANES, O CÓMO REDUCIR LOS TIEMPOS DE ESPERA EN LAS CINTAS DE EQUIPAJE

A lo largo de los últimos años, el sector turístico español —uno de los pilares de nuestra economía— ha conocido un crecimiento sin precedente, alcanzando cifras que nunca antes se habían registrado. 2017, por ejemplo, se cerró con números récord: 82 millones de llegadas de turistas internacionales, es decir, un 8,9 % más que en el año anterior. Pese a que la entrada de 2018 anunciaba un retroceso, los datos obtenidos hasta la fecha (aunque levemente más modestos) siguen mostrando un sector al alza.

En un país donde los picos de llegadas no se focalizan en una única ciudad ni región, nuestros archipiélagos siguen siendo, junto con Cataluña, el principal destino de los turistas que nos visitan. Tanto es así que, en temporada alta, aeropuertos como el de Palma de Mallorca pueden llegar a operar más de 1 100 movimientos diarios; una cifra que, a nivel operativo, genera zonas de tráfico muy conflictivas.

Con el fin de agilizar la operatividad y de mejorar los tiempos de entrega de equipajes, el Aeropuerto de Palma de Mallorca ha trabajado de manera conjunta con sus agentes de handling en un proyecto que beneficiará a estos últimos, así como a las compañías aéreas y, especialmente, a los pasajeros. El proyecto consiste en la creación de dos carriles rápidos (también llamados trolley fast lanes) de uso exclusivo para los tractores que transportan maletas hasta el patio de carrillos.

La finalidad de estas dos nuevas vías es aliviar el tráfico en el resto de carriles —ahora destinados a los demás vehículos y equipos—, y así optimizar el transporte de equipajes en aquellas zonas donde el tránsito es más intenso. Es importante destacar que, en épocas como el verano, el flujo de maletas que se maneja puede llegar a las 70 000 diarias.

Los trolley fast lanes, limitados a vehículos con un máximo de 2 m de ancho, se han ubicado en dos zonas diferentes del aeropuerto: los módulos A y D. En el primero, que recoge el tráfico británico, se produce una alta congestión durante los meses estivales. En el segundo, dedicado a los vuelos nacionales, se concentra la circulación procedente de los estacionamientos en remoto.

Los nuevos carriles cuentan con un pictograma específico —diseñado por Esmeralda Bravo Romero, del Aeropuerto de Barcelona—que ayuda a los usuarios a identificarlos con facilidad. Del mismo modo, los trolley fast lanes se han pintado de color azul cian brillante para que puedan ser perfectamente reconocibles en cualquier situación meteorológica.

Para poner a prueba el proyecto, se llevó a cabo un simulacro con todos los agentes de handling (personal de catering, combustible, rampa, limpieza, etc.), cuyos resultados fueron analizados en una sesión de expertos posterior. Tras su evaluación y aprobación, se iniciaron los trámites necesarios para poner en marcha el proyecto, entre los que se encontraba la redacción de una normativa de uso.